Un espectro de la relación Naturaleza/Cultura

Ana Artesi, Cira Szklowin

miércoles, 25 de septiembre de 2019  |   

Integrar el paisaje natural y cultural en los procesos de planificación urbana refuerza la sustentabilidad cultural, el sentido de lugar y de pertenencia


La interacción hombre-medio natural se manifiesta de diversas formas e intensidades. En un extremo, paisajes intensamente antropizados, pese a su apariencia natural.

«En paisajes consolidados, la huella humana es tan penetrante que es apropiado hablar de paisaje cultural… Es tanto un artefacto basado en soporte geológico y condiciones climáticas, como una narrativa de capas superpuestas de nuestra historia entretejida con la de la naturaleza».[1]

En el otro extremo, paisajes con poca huella humana visible, pero con un gran significado asociado al medio natural: el patrimonio inmaterial —elementos intangibles como la cosmovisión, el arte, la memoria— frente al cual el peso de «la evidencia cultural material puede ser insignificante o incluso ausente».[2]

Los espacios públicos y la infraestructura natural
En el contexto de transformaciones globales, las ciudades atraviesan procesos de reconfiguración de sus prioridades y de adopción de nuevos enfoques adaptativos, incorporando la naturaleza en sus políticas climáticas urbanas.

Anticipar escenarios, monitorear los cambios y orientarlos hacia la valoración de la naturaleza en las ciudades, implica reordenar enfoques disciplinares en base al conocimiento y difusión de los servicios ecosistémicos que sustentan las «soluciones basadas en la naturaleza».

Parque Houtan, relación ciudad-río Shanghai, China. Fotografía de Turenscape.La Nueva Agenda Urbana y los Objetivos de Desarrollo Sustentable 2030 de las Naciones Unidas (Objetivo 11), con foco en ciudades sustentables, seguras, inclusivas y resilientes, promueven la convergencia disciplinar, especialmente en relación con espacios públicos inclusivos.[3]

La cultura, cuarto pilar de la sustentabilidad, junto con la economía, el ambiente y la sociedad, impregna todos los ámbitos y paisajes en que se expresa la diversidad de relaciones con la naturaleza. La infraestructura natural y los espacios públicos proporcionan oportunidades para la innovación, la protección del patrimonio cultural, la conservación de la biodiversidad, la adaptación al cambio climático y las nuevas expresiones de la socialidad urbana.

El vuelco de enfoques sectoriales de la gestión urbana hacia una visión más integrada de la sustentabilidad permite la inclusión de la diversidad cultural y natural en el planeamiento de la ciudad y en el diseño de sus espacios públicos. La articulación entre las diversas disciplinas y actores comprometidos con la ciudad pueden dar respuestas ecológicas, inclusivas y sostenibles para la adaptación al cambio climático. 


[1] Aalen, F.H.A. «The Irish rural landscape: synthesis of habitat and history». En Atlas of the Irish Rural Landscape. Irlanda, Cork University Press, 1997.
[2] «Guidelines on the inclusion of Cultural Landscapes, Towns, …» En The World Heritage List. UNESCO.
[3] «Global Report on Culture for Sustainable Urban Development» UNESCO, Capítulo 7, 2016.