Fotografía de arquitectura

Alejandro Goldemberg

domingo, 19 de marzo de 2017  |   

Facetas de mi profesión

Motivado por ver a mis padres fotografiar arquitectura en diversos viajes, un año antes de ingresar a la facultad me anoté en los cursos de fotografía artística que el Maestro Pedro Luis Raota dictaba en su propio taller. Sin grandes expectativas, más que aprender a manejar mejor la cámara, terminé contagiado por el entusiasmo y la sinergia que había en los cursos, los que incluían salidas a exteriores, concursos internos y charlas magistrales de diversos especialistas. Esta etapa marcó en mí un antes y un después: fue mi primer contacto con las artes visuales que luego desembocaría en los 6 años de nuestra carrera. Desde aquel entonces comprendí la indisoluble relación arquitectura - fotografía, la cual más allá de ser una herramienta de trabajo o un apoyo gráfico, permite desde la lente reinterpretar la obra con una mirada personal, a veces inesperada, desde la que pueden establecerse nuevas relaciones visuales entre las partes de la obra y su entorno inmediato, enriqueciendo el relato arquitectónico.

Hoy -con 23 años de ejercicio- me encuentro trabajando como proyectista en el Estudio Aisenson, formando parte del proceso de diseño desde los primeros bocetos, pasando por la producción de imágenes virtuales -renders- y una vez finalizada la obra, las fotos. Que a su vez actúan como verificación de las etapas iniciales, formando parte de un modo de trabajo peculiar a la vez que atractivo e inimaginado por mí cuando decidí optar por esta carrera. 

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