Diseño y política: redefiniendo códigos en el campo del hábitat

Valeria Fenoglio

jueves, 23 de diciembre de 2021  |   

El diseño es un oficio con una increíble cantidad de poder: el poder de elegir, el poder de influir. Por lo tanto, lo que elegimos diseñar y para quién y con quién es un acto político (Monteiro, 2019). Preguntarnos hacia dónde y cómo debiera dirigirse el diseño y la gestión de innovaciones tecnológicas es el tema central del presente trabajo. Explorar el significado de los desarrollos tecnológicos en relación con nuestra forma de vida como así también la promoción de una reforma tecnológica basada en procesos más responsables con la vida humana, también es un tema central. Para el filósofo Andrew Feenberg en los desarrollos se concretizan una serie de intereses, costumbres, valores y relaciones de poder, que el autor denomina como código técnico, es decir, normas cognitivas y sociales que configuran los procesos de producción de conocimiento. Feenberg sostiene que los desarrollos tecnológicos pueden constreñir y colonizar, pero también pueden liberar potencialidades reprimidas del mundo de la vida que de otra forma hubieran quedado sumergidas. 

En ese camino andamos, buscando esas potencialidades y capacidades locales, redefiniendo antiguos códigos establecidos en el campo del hábitat y repensando el diseño siempre desde una perspectiva política. Por lo tanto, diseñar siempre implica hacer elecciones de valor: de alguna manera el diseñador es responsable de lo que hace en y con la realidad que pretende intervenir o transformar. La experiencia a la que se hace referencia en este trabajo está atravesada por una serie de elecciones y premisas de diseño que fueron configurando un proceso tecnológico donde el producto (viviendas en madera) se convierte en una excusa para la creación de una alianza estratégica entre el sector de ciencia y tecnología, el sistema educativo y el medio productivo local. 

Villa Paranacito: generación de un emprendimiento productivo solidario y asociativo
La experiencia que se presenta se inscribe en el marco de una serie de proyectos de investigación[1] que venimos desarrollando desde hace varios años en la localidad de Villa Paranacito, provincia de Entre Ríos. Esta localidad cuenta con una riqueza natural en el cultivo de salicáceas (álamos y sauces), especie forestal que provee un amplio rango de productos (madera rolliza, postes, pulpa y papel, tableros, madera terciada, madera contrachapada, madera aserrada, embalaje, etc.). Se trata de un cultivo que se adapta a las características agroecológicas zonales, requiere una baja inversión inicial frente a otros cultivos, con rentabilidad superior a la media de otras producciones. Sin embargo, su uso ha sido subvalorado y no ha generado renta importante en la región como resultado de un mercado únicamente primario en la cadena de valor (venta de rollizos para pasta de papel o madera aserrada). Por otro lado, los jóvenes que egresan de la Escuela Técnica Augusto Widmann tienden a emigrar hacia Buenos Aires o hacia ciudades más grandes de Entre Ríos en busca de trabajo. Frente a esta situación el proyecto busca abordar esta problemática socioproductiva mediante un desarrollo tecnológico de sistema constructivo en madera que permita aprovechar y articular las capacidades que emergen en la localidad (recursos humanos) con las capacidades del sector científico-tecnológico y la disponibilidad del recurso natural (álamo en la construcción). 

En ese marco, el proyecto busca posicionar a la Cooperativa de Productores Forestales del Delta como un emprendimiento local basado en una línea de producción y comercialización de componentes prefabricados de madera local, que responda a la demanda privada (viviendas particulares y/o para turismo) y al déficit habitacional (vivienda pública) a partir del aprovechamiento y uso de la matriz productiva de la región. 

La propuesta prevé la incorporación de los mencionados jóvenes como socios de la Cooperativa, gozando de esta manera de una directa institucionalización y de los beneficios que esto supone en calidad de lazos asociativos y comerciales para su inserción formal en el mercado. Por lo tanto, la experiencia en Villa Paranacito no solo aborda el diseño de un producto tecnológico (sistema constructivo) sino que tracciona la formación del oficio en carpintería a través de la Escuela Técnica, proveyendo de recursos humanos calificados que viabilicen este círculo socioproductivo inclusivo, dinamizando la economía local y regional. 

El hecho de que el proyecto de investigación revalorice el oficio y la capacidad local hace que los actores puedan trabajar desde su identidad; básicamente, desde lo que son y saben hacer, creando un sujeto social que puede modificar y apropiarse del producto tecnológico en base a su experiencia en el oficio (generación de trabajo autónomo). De esta manera, las elecciones para el diseño y la gestión de la propuesta local fueron: búsqueda de valor agregado a un recurso subutilizado, reconocimiento de la capacidad instalada, promoción de alianzas interinstitucionales, generación de un emprendimiento productivo solidario, uso de un recurso renovable como es la madera implantada, generación de encuentros productivos locales.  


Encuentros productivos en la Escuela Técnica Augusto Widmann de Villa Paranacito. Fuente: Proyecto de investigación PICT START UP 00013-MINCYT

Sistema constructivo en madera de álamo. Fuente: Proyecto de investigación PICT START UP 00013-MINCYT

Hacia un nuevo código de diseño: socialmente responsable y sostenible
Las preocupaciones sociales y ambientales deberían ser las bases de un diseño crítico y reflexivo cuyo objetivo sea crear mundos alternativos. Pensar los procesos de desarrollos tecnológicos desde este enfoque representa una invitación a abordar la problemática del hábitat en nuestro país, a partir de repensar y reconstruir el código o las premisas de diseño con que se construyen las soluciones. Asimismo, esto nos lleva a pensar en la relevancia de preinstancias reflexivas, cuyas bases propositivas aumenten las posibilidades de proceder a otras operaciones alternativas, que den lugar a innovaciones tecnológicas responsables y conscientes con el medio social, urbano y natural. 

La propuesta investigativa en Villa Paranacito fue abrazada y apropiada por la comunidad de manera inmediata, reforzando lazos de solidaridad y cooperativismo. El reconocimiento de la problemática socioproductiva (adversidades) se constituyó en el elemento central que los vinculó de manera estratégica para propiciar nuevas posibilidades de trabajo para los jóvenes de su comunidad, participar en la incorporación de un nuevo producto en el mercado que valoriza su recurso natural como es el álamo, y generar un proceso colectivo de tomas de decisiones. Por lo tanto, existe una condición colectiva en Villa Paranacito de afrontar y construir sobre aquellas adversidades que vienen atravesando (resiliencia comunitaria). 

Los que formamos parte del proyecto estamos comprometidos con este tipo de experiencias de cooperación y solidaridad. Experiencia que, si bien constituye una propuesta de diseño a escala pequeña (cinco mil habitantes), puede continuar siendo una invitación a redefinir códigos ya establecidos, generando nuevos diseños que propicien beneficios colectivos y redistributivos en las comunidades. 


[1] Equipo de investigación dirigido por la Dra. Paula Peyloubet en el CIECS-CONICET-UNC.

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