¿Exhibicionismo o vanguardia?

Vera Blitstein

martes, 4 de julio de 2017  |   

Encontramos en la web ejemplos (construidos) de baños transparentes: inodoros a plena luz del día, mingitorios con vistas, paisajes relajantes que solo pueden ser vistos desde estos espacios vanguardistas. 

Pero, ¿son realmente vanguardistas? ¿O es simplemente una versión moderna de la obra de Duchamp?

Sou Fujimoto. Ichihara, Japón. Foto: Iwan BaanEn arquitectura, el puntapié inicial de la arquitectura transparente se atribuye a Mies Van der Rohe. "El vidrio era visto como el material moderno por excelencia que tenía también la habilidad de reconectar a la humanidad con la naturaleza e incluso cambiar la manera en la que la percibimos (...) la casa Farnsworth es el paradigma del uso que hacía Mies van der Rohe del vidrio" [1]. Sin embargo, ni él se animó a tanto: justamente en la Casa Farnsworth, el baño es el único lugar cerrado del proyecto. 

De todas maneras los baños de Sou Fujimoto parecieran apuntar a otra cuestión. En "Elogio de la sombra", del escritor -también japonés- Junichiro Tanizaki, hay pasajes especialmente dedicados al momento de habitar el espacio del baño: "Un pabellón de té es un lugar encantador, lo admito, pero lo que sí está verdaderamente concebido para la paz del espíritu son los retretes de estilo japonés. Siempre apartados del edificio principal, están emplazados al abrigo de un bosquecillo de donde nos llega un olor a verdor y a musgo; después de haber atravesado para llegar una galería cubierta, agachado en la penumbra, bañado por la suave luz de los shòji y absorto en tus ensoñaciones, al contemplar el espectáculo del jardín que se despliega desde la ventana, experimentas una emoción imposible de describir. El maestro Sòseki [2], al parecer, contaba entre los grandes placeres de la existencia el hecho de ir a obrar cada mañana, precisando que era una satisfacción de tipo esencialmente fisiológico; pues bien, para apreciar plenamente este placer, no hay lugar más adecuado que esos retretes de estilo japonés desde donde, al amparo de las sencillas paredes de superficies lisas, puedes contemplar el azul del cielo y el verdor del follaje. Aun a riesgo de repetirme, añadiré que cierto matiz de premura, una absoluta limpieza y un silencio tal que el zumbido de un mosquito pueda lastimar el oído son también indispensables". Podríamos aventurar, sin mucho riesgo a error, que el arquitecto Sou Fujimoto ha estado leyendo a su compatriota y traduciéndolo en su propio arte, más de medio siglo después.

Parque Ecológico Shiyanhu.

Otro caso singular son los baños del Parque Ecológico Shiyanhu. Pero a diferencia del creado por Fujimoto, en éstos sí es posible ser visto y ver: son los baños públicos del parque. Más cercanos al exhibicionismo, tienen una pequeña contradicción, al menos para el mundo occidental: hombres y mujeres tienen cubículos diferenciados, pero también están separados por vidrios completamente transparentes y pueden verse entre sí. 

En la misma línea están los baños del Club Boom Boom Room: ubicados en el piso 18 del Standard Hotel, tienen una vista panorámica de la ciudad de Nueva York envidiable, aunque a cambio de usarlos debamos ofrecer nuestra intimidad. 

En el fondo, en estos últimos dos casos, más que haciendo exhibicionismo, están haciéndose preguntas sobre el habitar contemporáneo. Si antes la cocina era un espacio para ocultar, y hoy en día es un espacio preeminente de la cultura arquitectónica; ¿por qué no cuestionar el pudor de un espacio tan habitual como el baño? Las vistas de estos lugares son la excusa para vencer esa vergüenza y ofrecer al amante de lo novedoso (hijo pródigo salido de las entrañas del siglo XXI) una nueva y singular experiencia. 

Club Boom Boom Room, Standar Hotel, NYC.


[1] "Material Masters: Glass is More with Mies van der Rohe", de Evan Rawn. Fuente»

[2] Natsume Sòseki (1867-1916), uno de los novelistas más importantes de principios del siglo XX